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Atlas de Gerardus Mercator

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Atlas de Gerardus Mercator

DETALLES DEL FACSÍMIL

¡¡MUY POCOS EJEMPLARES DISPONIBLES!!

  • Título original: Atlas sive Cosmographicae meditationes de fabrica mundi et fabricati figura
  • Lugar de realización: Amsterdam
  • Año: 1607
  • Idioma: Latín
  • Grabador: Jodocus Hondius
  • Medidas: 43 x 30 cm
  • Contenido: 680 páginas con 146 mapas a página doble coloreados a mano
  • Ubicación del original: Biblioteca Histórica de la Universidad de Salamanca
  • Signatura: BG / 52041
  • Edición: limitada y numerada ante notario de tan solo 375 ejemplares en números arábigos y 25 en romanos.
  • Impresión:en ocho colores sobre papel artesanal de fabricación especial idéntico al original del siglo XVII.
  • Encuadernación: piel de cabra color tabaco con estampaciones en seco con motivos barrocos con los pliegos cosidos en escartivana con tiras de papel realizadas manualmente siguiendo las mismas técnicas de hace 400 años.
  • Volumen de estudios: a todo color con textos de Kevin R. Wittmann.
  • ISBN: 978-84-942508-8-0

Un pedazo del pasado en tus manos

Con el Atlas de Gerardus Mercator, tendrá la sensación de sobrevolar el globo durante un periodo tan enigmático y fascinante como lo fue el Renacimiento. Cada mapa y sus intrincados detalles capturan la pasión histórica de una era marcada por descubrimientos y el fervor humanista por explorar y comprender los confines exóticos del mundo.

Incluso los territorios más cercanos en esta obra cartográfica magistral, se han esbozado con una visión renovada, reflejando la perspectiva revolucionaria de una época que desafió y redefinió los paradigmas medievales. Dado su inmenso valor histórico, la precisión meticulosa de las figuras y los dibujos, la envergadura geográfica del proyecto y el renombre de su autor, hemos movilizado a todo nuestro equipo especializado en nuestro Atelier para producir un facsímil de lujo.

Mediante técnicas que realzan la genialidad cartográfica de Mercator, hemos recopilado y reproducido cada mapa con esmero, utilizando papel idéntico al original para preservar la autenticidad de cada detalle.

El atlas que hizo posible Google Maps

¿Sabía que el origen de nuestra capacidad actual para localizar cualquier punto del planeta con precisión mediante el GPS de nuestro móvil o vehículo se remonta a la confección de este Atlas hace más de 400 años?

El Atlas de Mercator no es solo una obra maestra entre los mapas cartográficos antiguos, sino que también marca un hito por ser el primero en emplear la «proyección Mercator», una innovación revolucionaria que corregía la curvatura de la Tierra al representarla sobre una superficie plana.

En reconocimiento a este logro monumental, hemos creado esta edición facsímil con más de 120 mapas a doble página, utilizando, por primera vez, imágenes de alta resolución para honrar una obra que desempeñó un papel fundamental en el avance cartográfico.

GERARDO MERCATOR

¿Quién fue Gerardus Mercator?

Gerardus Mercator, nacido en 1512 en la pintoresca localidad de Rupelmonde, la actual Bélgica. Desde su temprana juventud, demostró ser un estudiante excepcional que rápidamente atrajo la atención de sus profesores en la Universidad de Lovaina, donde su pasión por las matemáticas y la geografía comenzó a florecer.

Entre sus contemporáneos, Mercator se erigió como uno de los cartógrafos, geógrafos y matemáticos más brillantes de su generación. Su habilidad y compromiso no escaparon a la mirada del matemático y astrónomo Gemma Frisius, una figura respetada en toda la región de los Países Bajos. Bajo su tutela, Mercator refinó sus habilidades en cartografía, perfeccionando las técnicas que sentarían las bases para sus futuras innovaciones y logros.

El legado más duradero de Mercator se encuentra en su invención de la «Proyección de Mercator». Esta idea cartográfica revolucionaria presentaba las líneas de longitud como líneas paralelas, lo que tenía un impacto fundamental en la navegación marítima. Esta característica permitía a los navegantes trazar rutas directas utilizando brújulas, lo que simplificaba en gran medida la planificación de travesías oceánicas. Esta proyección, aunque distorsionaba las áreas cerca de los polos, se convirtió en una herramienta esencial para la navegación y se utilizó durante siglos.

Además de sus contribuciones técnicas, Mercator también popularizó el término ‘Atlas’ para referirse a una colección de mapas. Su influencia inspiró a otros cartógrafos, como Abraham Ortelius, a crear el primer atlas moderno, que se convirtieron en valiosas herramientas educativas y de referencia geográfica. Con el tiempo, Mercator comenzó a trabajar en su propio ambicioso proyecto de atlas, con la intención de crear una versión corregida y actualizada de los mapas de Ptolomeo, el antiguo geógrafo griego.

A pesar de todo sus esfuerzos y dedicación incansable, la muerte de Mercator en 1594 truncó su deseo de completar su monumental obra.

Afortunadamente, su legado no fue olvidado. Su hijo continuó su legado y completó el trabajo que habían iniciado juntos, publicando finalmente todos los mapas que habían preparado. A través de su Proyección de Mercator y su compromiso con la cartografía precisa y accesible, Gerardus Mercator dejó una marca indeleble en la historia de la navegación y la representación geográfica, cuyo impacto perdura hasta nuestros días.

Contexto social e histórico de este antiguo mapa cartográfico

El atlas de Mercator surgió en un periodo caracterizado por la turbulencia y los cambios sociales, culturales y políticos. En este contexto, los audaces descubrimientos geográficos desafiaron las limitaciones impuestas por la amenazante sombra de la Inquisición, que buscaba ejercer su influencia en el mundo conocido.

En medio de guerras, brotes de enfermedades y la creciente inestabilidad de un Imperio, además del auge del protestantismo entre la nobleza y la intelectualidad, la vida de un hombre como Mercator no se vio facilitada. Su camino también lo llevó a enfrentarse a la Inquisición. Su suerte, al no ser ajusticiado en la hoguera por herejía, una suerte compartida por muy pocos, puede considerarse casi milagrosa.

A pesar de que en numerosas ocasiones su labor y sus conexiones lo pusieron en el centro de la atención, Mercator nunca detuvo su trabajo. Tenía una clara conciencia de que la cartografía constituía la puerta hacia nuevas rutas marítimas y, por consiguiente, hacia la exploración y dominio de todos los elementos que conformaban el mundo.

Desde sus humildes comienzos en el taller de Gemma Frisius, hasta que estableció su propio taller familiar, cada mapa que elaboraba, así como losinstrumentos cartográficos y artilugios  que le eran encargados, le reportaban una fama como artista y maestro, una maestría que solo era igualada por su profundo conocimiento. Su pasión por su oficio era evidente en cada uno de sus mapas.

Esta dedicación resplandece en los minuciosos detalles presentes en todos y cada uno de sus mapas, los cuales se agruparon bajo el título «Atlas«, su proyecto «final» de gran envergadura.

¿Qué es la proyección de Mercator y por qué es importante?

Para comprenderla de una forma sencilla: si intentáramos aplanar la cáscara de una naranja se produciría una ligera distorsión en las relaciones espaciales entre dos puntos previamente marcados en su posición esférica original. Aunque esta analogía simplificada no capta toda la complejidad matemática detrás de la proyección, nos ayuda a entender cómo abordó un problema crítico que afectaba a los navegantes de la época.

Hasta finales del siglo XVI,los marinos se enfrentaban al desafío de las distancias no exactas en las cartas náuticas, lo que complicaba la navegación precisa. Aquí es donde entra en escena Mercator. Detectó esta dificultad que aquejaba a los mapas de la época, conocidos como portulanos y mapas manuscritos, y con su aguda comprensión matemática y habilidades como relojero, ideó una solución, en su obra publicada de forma póstuma, “Atlas sive Cosmographicae meditationes de fabrica mundi et fabricati figura” más conocida como Atlas de Mercator.

Esta corrección significó un avance trascendental, ya que permitió trazar rutas de navegación más precisas y directas, mejorando enormemente la eficiencia de los viajes marítimos

En última instancia, la proyección de Mercator fue un salto cualitativo en la representación cartográfica. Aunque no resolvió completamente el desafío de la distorsión, su enfoque en la navegación precisa contribuyó a la expansión de la exploración y el comercio marítimo en una época de crecimiento global. Su legado perdura hasta hoy, ya que muchos aspectos de esta proyección continúan siendo útiles en diversas aplicaciones cartográficas y de navegación modernas.

¿Por qué los mapas de Mercator conformaron una obra revolucionaria?

Mercator vivió en una época de transición entre el oscurantismo científico medieval y el ocaso del Renacimiento, marcado por el florecimiento del humanismo y la investigación científica. Los grandes viajes y descubrimientos, así como la intensa rivalidad entre las potencias europeas, dejaron una huella indiscutible en esa época,de manera similar a cómo en la actualidad los avances tecnológicos como internet o el 5G dejan su marca.

En este escenario, tener una ventaja era esencial para lograr alcanzar el éxito en las grandes ambiciones de naciones como España, Portugal, Holanda, Francia e Inglaterra. Así, Mercator no solo incorporó una precisión cartográfica nunca vista, sino que también añadió información valiosa sobre cada una de las áreas representadas.

Tal es la profundidad de la información que algunos textos de nuestro ejemplar fueron censurados por la Inquisición española debido a su tratamiento de personajes o ideas consideradas heréticas. Este hecho ilustra la riqueza de contenido que albergaba. El ejemplar original, conservado en la Biblioteca General Histórica de la Universidad de Salamanca, es de los pocos ejemplares completos en tierras hispanas y, sin duda, fue protegido en la reserva de alguna biblioteca monacal o escolástica por algún religioso consciente de su trascendencia y de la imperiosa necesidad de preservar el conocimiento contenido a cualquier costo.

Aunque la era digital haya relegado a los mapas físicos a un segundo plano, el valioso trabajo matemático y cartográfico llevado a cabo por pioneros como Mercator nos permiten ahora disfrutar de una vida más cómoda y sencilla. Del mismo modo, en aquella época, su Atlas favoreció el comercio y el avance económico.

No debemos dejar pasar por alto la belleza artística de los mapas de Mercator, que conforman un Atlas realmente espectacular en su ejecución. Cada mapa es una obra maestra de arte, meticulosamente coloreada a mano de forma primorosa por auténticos especialistas en la iluminación de libros. Este Atlas fue confeccionado en su taller por sus hijos y aprendices, un testimonio de su inigualable visión y dedicación.

El atlas de Mercator, un proyecto monumental y transatlántico

En un mundo prácticamente dominado de un “extremo a otro” bajo el mismo emperador, Carlos V, la necesidad de comprender en su totalidad los vastos territorios se volvía imperante. Gerardus Mercator asumió el desafío de reunir todo el conocimiento geográfico en un formato más manejable que los voluminosos y delicados mapas enrollables de la época, cuya manipulación y almacenamiento resultaban engorrosos para un acceso oportuno.

Sin embargo, este proyecto no fue ni simple ni rápido. La meticulosidad que caracterizaba a Mercator demandó un esfuerzo monumental. Además, los mapas estaban en un constante estado de cambio, ajustándose casi a diario para incorporar los nuevos descubrimientos y actualizaciones. Esto llevó a que el Atlas fuera publicado en varios volúmenes, siendo sometido con frecuencia a reediciones para reflejar con la máxima precisión y autenticidad la realidad en constante evolución.

La aspiración de Mercator no se limitó a simplemente compilar el conocimiento cartográfico existente; también buscó rendir homenaje a los pioneros de la cartografía al incorporar minuciosos detalles en sus mapas de gran riqueza.

Asimismo, el Atlas de Mercator iba más allá de la simple representación visual. Cada mapa venía acompañado de un texto detallado que profundizaba en el lugar o la región en cuestión. De esta manera, el lector podía admirar no solo la refinada elegancia de cada trazo y la paleta de colores, sino también aprovechar el conocimiento riguroso reunido por un erudito de la talla de Mercator. Esta integración entre el aspecto visual y el aspecto educativo demostraba que el Atlas no solo era una obra de arte y belleza estética, sino un tesoro de sabiduría y perspicacia intelectual.

Un legado familiar y una joya de la cartografía

Este Atlas se comenzó en 1578 y abarca varios tomos  que recopilan diferentes países y regiones del mundo, añadidos progresivamente en cada edición subsiguiente. Aunque la autoría suprema pertenece a Mercator, la concepción del mismo fue un esfuerzo colaborativo. Dada la magnitud de esta obra, hubiese sido una tarea imposible para un solo individuo. Por lo tanto, su desarrollo se convirtió en un esfuerzo colectivo que involucró, tanto a sus hijos como algunos de sus nietos e, incluso, el grabador Jodocus Hondius y a su propio hijo. Lamentablemente, Mercator falleció antes de poder finalizar esta obra, y fue su hijo Rumold quien asumió la responsabilidad de llevarla a término, culminando en 1595.

Se puede considerar como la cúspide de la belleza en la cartografía. No sólo fue útil para individuos de diversas alcurnias, sino que su esplendor visual cautivó a coleccionistas y admiradores de la cartografía. Cada mapa resalta las ciudades o localidades más importantes, adornadas con ilustraciones que evocan su esencia. Los textos que acompañan estos mapas le confiere un carácter universal y didáctico, convergiendo para conferirle al Atlas una singularidad excepcional. Los detallados dibujos, inclusive aquellos de la introducción son propios de unas hábiles manos artísticas, guiadas por la mente de un científico y un admirador de la cosmografía, que investigó y estudió cada matiz antes de permitir que enriqueciera esta magnífica creación.

¿Qué aporta nuestra edición facsímil del Atlas de Mercator?

La versión que cARTEm ha seleccionado para su facsímil es el ejemplar original de su obra más famosa, titulada Atlas sive Cosmographicae meditationes de fabrica mvndi et fabricati figura (Atlas, o meditaciones cosmográficas sobre la creación del universo y el universo en tanto creación) conservado en la Biblioteca General Histórica de la Universidad de Salamanca, que cuenta con mapas primorosamente coloreados a mano. Entre las pocas copias completas que sobreviven, esta edición se distingue por haber sido minuciosamente editada en el taller de Mercator hasta la última página, bajo la guía experta del propio maestro. La copia presentada es, sin duda, la más exuberante y completa que el taller publicó en su época, conservando su integridad bajo las planchas originales.

En calidad de una obra ineludible para comprender la evolución de la civilización humana, el Atlas de Mercator se convirtió en una elección evidente cuando decidimos invertir nuestros esfuerzos en producir una edición facsímil que estuviera a la altura de la magnitud del original.

Mediante el uso de un papel de fabricación especial, hemos logrado no solo reproducir la obra, sino la sensación de estar tocando, sintiendo e incluso oliendo el original.

La técnica de impresión en ocho colores nos brinda la posibilidad de deleitarnos en cada matiz cromático, cada uno de los cuales fue elaborado con una paciencia sin igual por los artesanos de los talleres flamencos, empleando pigmentos naturales para crear una paleta que se despliega en toda su esplendor.

Preservando la belleza histórica con una encuadernación artesanal

Nuestra edición facsímil reproduce cada detalle de la encuadernación del siglo XVII, elaborada con piel de cabra marrón de primera calidad con estampaciones en oro. Hemos logrado recrear con fidelidad los intrincados grabados de estilo plateresco que embellecen la tapa, contratapa y lomo del ejemplar auténtico. En el lomo, hemos añadido una elegante etiqueta de piel con el título de la obra, resplandeciendo en un sutil estampado dorado. Llevar a cabo esta laboriosa tarea demanda al menos una semana de trabajo en nuestro taller artesanal para confeccionar cada libro, utilizando la meticulosa técnica de ensamblaje conocida como «escartivana«. Este antiguo método asegura que cada mapa pueda ser apreciado en su totalidad, sin interrupciones causadas por costuras en el centro.

Cada ejemplar es encuadernado con especial dedicación para su destinatario. El resultado es un volumen de esmerada confección que genera un profundo agradecimiento entre nuestros clientes.

Una elegante caja protectora con cinta se encarga de salvaguardar la obra, brindándole la opción de ser exhibida como una pieza de arte o preservada con intimidad en una biblioteca, compartiendo espacio con otras joyas de nuestra distinguida colección.

Estamos firmemente convencidos de que esta obra ocupa un lugar esencial en el sancta sanctorum de todo coleccionista bibliófilo que se precie, no solo por su indiscutible relevancia histórica, sino también por su belleza inigualable.

Ya sea un coleccionista riguroso o un apasionado de la cartografía histórica, le instamos a no dejar pasar la oportunidad de explorar más a fondo nuestra edición facsímil y las distintas modalidades de adquisición disponibles.

Art Book. El Atlas de Gerardus Mercator. El hombre que puso al mundo en un mapa

Acompañando esta obra maestra, se encuentra un libro de estudio elaborado por el erudito Kevin R. Wittmann, un apasionado historiador que sumerge al lector en el vasto conocimiento de la cartografía y la historia. Wittmann logra crear un entorno claro y dinámico que permite que cualquier persona disfrute de la experiencia de principio a fin, absorbiendo hasta el más mínimo detalle con facilidad.

Es uno de los estudios más extensos que tenemos en cARTEm BOOKS. En sus 312 páginas, los lectores podrán adentrarse en profundidad en los recovecos de esta joya histórica de la cartografía, así como conocer a su célebre autor, Gerardus Mercator.

    DESEO CONOCER EN PROFUNDIDAD LOS DETALLES DE LA OBRA.

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