DETALLES DEL FACSÍMIL
- Autor: Abraham Ortelius
- Lugar de edición: Amberes, Bélgica
- Año de edición Atlas: 1612
- Año de edición Paraegon: 1624
- Idioma del Atlas: castellano antiguo
- Idioma del Paraegon: latín
- Mapas: 170 casi todos a doble página coloreados a mano
- Páginas: 672
- Medidas: 44 x 24 cm
- Encuadernación: Cosido en cartivana con tapas en piel marrón al oro y tejuelos en lomo
- Original: conservado en la Biblioteca Histórica de la Universidad de Salamanca. Signatura BG/5203
- Tirada: 375 numerados en arábigo ante notario y 25 en números romanos.
- ISBN: 978-84-936312-4-6
La obra cartográfica que lo cambió todo
El «Theatrum Orbis Terrarum» (en español, «Teatro del Mundo») está considerado uno de los primeros atlas modernos y desempeñó un papel fundamental en el desarrollo de la cartografía y la geografía durante la época del Renacimiento. Por ello, es uno de los atlas más famosos y significativos de la historia.
Estableció estándares cartográficos al orientar la mayoría de los mapas hacia el norte, convirtiéndose en práctica común. Introdujo la recopilación y organización de mapas en un solo volumen, sentando las bases para futuros atlas. Este atlas recopiló mapas de varios cartógrafos contemporáneos, ofreciendo una visión completa y precisa de la geografía de su época y contribuyendo a la geografía.
Ampliamente difundido con ediciones y traducciones, el atlas propagó conocimientos geográficos, sentando bases sólidas para exploraciones y expansiones posteriores.
La obra influyó en la cartografía posterior al popularizar la idea de un atlas compilado. Su enfoque en precisión y sistematización sentó bases para avances futuros en la cartografía.
El siglo XVI, el cultivo de conocimiento y de renovación para el atlas de Ortelius
El descubrimiento de América a finales del siglo XV desencadenó una revolución en todos los aspectos socioculturales de la época. Esto incluyó la cartografía, ya que las nuevas realidades geográficas desafiaron las creencias previas: el mundo no era como hasta entonces pensaban. Con cada expedición, los datos se superponían, a veces reafirmando y otras contradiciendo lo conocido.
A lo largo del siglo XVI, se evidenció que la información geográfica de los recientes descubrimientos estaba obsoleta y desfasada. Era imperante actualizar los mapas impresos.
Dicha actualización vendría de la mano de los atlas de Abraham Ortelius o Gerardus Mercator, que rompen con lo establecido, simplificaron y facilitaron la observación y el estudio minucioso de extensos mapas, incluyendo los detalles más finos.
¿Quién fue Abraham Ortelius?
Nació en Amberes, Bélgica. Era un verdadero hombre renacentista, abrazó la historia y las ciencias naturales. Fue un eminente cartógrafo y geógrafo. Sin embargo, su influencia va más allá, ya que también se distinguió como numismático y bibliófilo. La sinergia entre estos campos de conocimiento enriqueció su labor.
A pesar de una infancia adversa, marcada por la huida de la Inquisición y la pérdida de sus padres, no permitió que esto socavara su determinación. En cambio, cultivó su conocimiento en lenguas clásicas y matemáticas, sentando las bases de su auténtica vocación.
Su pasión por los mapas lo impulsó a recopilar y estudiar mapas de diversas partes del mundo y de distintos cartógrafos. Al reconocer la necesidad de organizarlos de manera sistemática y organizada, decidió crear su propio atlas: Theatrum Orbis Terrarum. Esta manera de representar el mundo ha sido su contribución más significativa. Su atlas y sus ideas revolucionarias establecieron los cimientos de la cartografía moderna. Por tanto, su influencia en cartografía y geografía es innegable. De hecho, su enfoque metódico en la recopilación y la presentación de mapas sigue siendo relevante en la actualidad.
Su legado resuena a lo largo de la historia, otorgándole el apodo de «Ptolomeo del siglo XVI». Su prestigio no se limita a su amplio dominio de la geografía, sino en su excepcional habilidad en la confección de mapas. Además, se le atribuye el mérito de ser pionero en otorgar relevancia a la teoría de la deriva continental, una perspectiva que adquiere protagonismo en su obra maestra.
La mayoría de sus creaciones derivaba de mapas, estudios e investigaciones previas realizadas por otros. No obstante, a través de su talento y ambición, los transformaba en auténticas obras de arte, consolidando su estatus como artista cartográfico.
Por todas estas razones, es justo considerarlo el padre de la cartografía moderna. De hecho, gracias a la intervención del humanista español Benito Arias Montano, fue nombrado geógrafo real por el rey Felipe II, lo que le brindó acceso a los nuevos descubrimientos realizados por los navegantes españoles y portugueses.
Además de su labor cartográfica, realizó contribuciones significativas en otros campos, como la geografía histórica y la genealogía. Publicó varias obras en las que exploraba la historia y los orígenes de diferentes regiones y pueblos.
Un triunfo editorial que desafió su época
Los primeros pasos de Ortelius en el mundo de la cartografía lo llevaron a vender mapas individuales en el puerto de Amberes, cada uno exquisitamente decorado por su hermana Emma con detalles manuscritos. Los avances de la época moderna se convirtieron en la semilla de un interés titánico: plasmar el mundo conocido en una sola obra o, más bien, en una colección de obras. Así nació, en 1570, el Theatrum Orbis Terrarum, una obra ambiciosa que en su génesis comprendía no menos de 70 mapas. Esta cifra creció gradualmente en ediciones posteriores y, debido a su resonancia e incluso, alcanzó la traducción a siete idiomas diferentes para 1612. Un triunfo editorial sin igual para su época.
Este atlas es universalmente reconocido por los eruditos como el primer atlas de la historia. Representa el primer intento sistemático de reunir información de manera organizada y coherente, proporcionando no solo mapas de cada rincón del mundo conocido, sino también detalles sobre su historia, culinaria, artesanía, comercio y mucho más.
En casos excepcionales, cada uno de los mapas (creados a través de la técnica de grabado en madera) fue meticulosamente coloreado a mano por habilidosos especialistas en iluminación de manuscritos. La añadida belleza de los colores realza aún más los escasos ejemplares íntegros que han pervivido hasta nuestros días.
Por estas y muchas otras razones, este trabajo es una auténtica joya que ningún amante de la bibliofilia debería dejar pasar.
La primera edición facsímil del Atlas de Abraham Ortelius
Hojeando las páginas del facsímil del Theatrum Orbis Terrarum, sentirá que se transporta al siglo XVI, deja boquiabierto a cualquier amante del arte. Reproduce de manera fidedigna esta obra maestra: la quinta esencia de la cartografía moderna.
Tal como Ortelius afrontó con entusiasmo y minuciosidad su atlas, nosotros nos hemos empleado a fondo para lograr una reproducción perfecta del mismo.
En Cartem apostamos por dedicar únicamente nuestro esfuerzo en la realización de facsímiles de obras maestras: originales realmente importantes desde el punto de vista artístico, histórico, científico o una combinación de todas estas cualidades.
Sin lugar a dudas, el Theatrum Orbis Terrarum es uno de estos casos, y es por ello que hemos invertido incalculables horas de meticuloso trabajo para atender cada detalle que otorga a esta obra el sello de calidad que nos define, y que nuestros clientes reconocen y valoran.
Desde el soporte que elegimos, elaborado de forma especial para recrear la textura rugosa y la sensación táctil del papel utilizado a comienzos del siglo XVII, hasta el proceso de impresión que involucra no menos de ocho tonalidades distintas, lo que permite disfrutar de una reproducción cromática fiel a los pigmentos originales utilizados en la coloración de la obra.
Esta dedicación se extiende a la encuadernación de lujo, un arte en sí mismo, realizada artesanalmente siguiendo la técnica ancestral de la escartivana. Cada una de las casi 700 páginas siguen esta técnica que consiste en pegarlas entre sí con tiras de papel cortadas a mano y encoladas de forma que cada bifolio queda unido al siguiente con una gran fuerza. Esto permite que cada uno de los casi 170 mapas pueda disfrutarse a plenitud, sin ningún cosido en el centro de la página. Esta técnica centenaria, ahora casi olvidada, es la única que permite apreciar todos los mapas en su totalidad al abrirse por completo. A su vez, cada 16 cuadernillos van cosidos entre sí por la escartivana, para dar consistencia a la obra. Cada página está cosida a mano con hilo de cáñamo y cuidadosamente protegida por piel de cabra, adornada con estampaciones barrocas grabados a fuego, realzada por cinco nudos en el lomo y coronada por un elegante tejuelo con el título en dorado.
Se presenta, además, en un exquisito guarda-libros con cinta, realizado a mano con la reproducción de la portada del Atlas junto al escudo de Felipe VI, Rey de España. Un auténtico tesoro disponible por primera vez en una edición muy limitada, destinado a los auténticos bibliófilos que sienten pasión por el arte y la cartografía histórica.
Es una pieza que ningún bibliófilo debería perderse, incluso para aquellos pocos experimentados en la cartografía. Se trata de una edición limitada de tan sólo 375 ejemplares numerados ante notario, así que, si no quiere quedarse sin su ejemplar, no deje pasar la ocasión y solicite más información sobre este título.
Gracias a nuestra edición facsímil, podrá sumergirse en un hito de los libros iluminados de la Historia Moderna. Es una pieza exclusiva para solo unos pocos, tan solo existen 375 ejemplares numerados ante notario, en todo el mundo. Así que, no deje perder la ocasión y solicite más información para saber cómo conseguir este título.
El lujoso estudio, una obra de arte en sí mismo, a cargo del catedrático emérito (y gran bibliófilo también), Agustín Hernando Rica, hará las delicias por sus precisas explicaciones sobre el atlas con sus comentarios profusamente ilustrados con casi 200 imágenes.